Todos sabemos que una película lleva un largo proceso de producción. Se tiene que hacer un guion donde se narran las acciones y se crean los argumentos de los personajes, se rueda y por último se monta. Nos centraremos en el segundo, donde el actor se aprende un guion y el director dirige a su antojo a esa persona. Pero es que hay veces donde aún memorizándose el parlamento, los actores improvisan y hacen que la escena tenga más potencia. De eso hablaremos hoy.

El espejo improvisa
Empezaré por la que más me ha gustado a mí. Taxi Driveres un largometraje dirigido por Martin Scorsese donde Robert de Niro hizo uno de los papeles más importantes de su carrera. Pues bien, en una de las escenas de la película, en la que mira al espejo y dice: “¿Me éstas mirando a mi?”, el actor no lo leyó de ningún guion, pero fue tal la potencia de la frase preparándose para esa “batalla final”, tan desafiante y tan bien actuada, que el director decidió meterla en el resultado final.

Se acabó convirtiendo en una de las escenas más recordadas, no solo de la película, sino del cine en general. Es curioso además porque el actor lo dijo por una serie de anécdotas que le habían pasado, y es que en cada festival que iba, le preguntaban: “¿Me estás hablando a mi?”.
El actor conoce al personaje mejor que el director
Seguiré con otra película en la que se hace raro que se improvise ya que la dirigió Stanley Kubrick, El Resplandor, donde Jack Nicholson, al asomar su cabeza por la puerta que rompió con un hacha, dice: “¡Aquí está Johnny!”. Le gustó tanto a Kubrick, que decidió dejarlo en el metraje final.

Como contrapunto de la película, el doblaje en español, donde se llegó a contar que los actores que ponían la voz en español estaban de huelga y tuvieron que elegir a otros donde el resultado no era el más esperado por los fans del director. Aún así, quitando el sonido, es una película maravillosa.
El mundo a los pies de Di Caprio
El siguiente filme del que hablaré es uno de los que más recaudación ha hecho en las taquillas del mundo, Titanic, dirigida por James Cameron y donde Leonardo Di Caprio llegó a improvisar una parte que ha llegado a ser de las más imitadas de la historia del cine. Cuando el actor dice: “Soy el rey del mundo”.
Una frase que gustó mucho a Cameron y que además le da potencia a la escena, convirtiendo esta improvisación en una de las más recordadas por los amantes del séptimo arte.

Un gato como protagonista inesperado

La última improvisación de la que hablaré es la de un gato. Y es que en el El Padrino, Marlon Brando vio a un gato que pasaba por el rodaje y decidió cogerlo en sus manos. Fue entonces cuando empezó a acariciarlo y Coppola, como buen director que es, decidió acoger al gato en la escena ya que le daba un aura de misterio e inquietud qye favorecía a Vito. Calma frente a la rudeza de la familia Corleone.
En los rodajes se viven experiencias que nunca antes se hubiesen podido imaginar. Se improvisa y se buscan soluciones a problemas que parecen que no tienen fin. El cine es magia, arte y texto, y a veces, como vemos, un texto improvisado por un gran actor.