El musical: Cuando bailamos a través de la cámara

Si algo ha aportado la música al cine, no es únicamente la banda sonora, ya sean míticas como Now we are free, de Gladiator, que llegó a utilizar Guardiola en la final de Roma frente al Manchester United para motivar a sus jugadores. O alguna que se han quedado en el olvido cómo puede ser la ganadora del Goya interpretada por Pablo Alborán de Palmeras en la Nieve. Pero es que hoy no hablaremos sobre las bandas sonoras, hablaremos de los musicales, como han cambiado a lo largo de la historia e incluso como han quedado películas considerándolas las mejores de la historia.

Años 30

Empezaremos por los años 30 con Sombrero de copa, dirigida por Mark Sandriche interpretada por los inigualables Fred Astaire y Ginger Rogers. Una película con el típico diálogo del amor tradicional, dos personas se conocen y el amor prevalece a pesar de los problemas que tengan ambos.

sombrero_copa

En este caso nombro esta película por demostrar que con la cámara se podían hacer muchas más cosas de lo que la gente creía, ya que la cámara bailaba con los protagonistas haciendo que el espectador disfrutase casi en primera persona del baile. Eso sí, el espectador se daba cuenta en el subconsciente, porque si algo tenía el Cine Clásico de entonces, era básicamente que no se tenía que notar que la cámara estaba allí.

Años 40

Nos marchamos directamente a finales de los años 40, en 1949, con Un día en Nueva Yorkcon el elegante y siempre fascinante Frank Sinatra; y por supuesto, con Gene Kelly, que protagonizó Cantando bajo la lluvia (únicamente tres años después y de la que podríamos hacer un artículo entero).

Una película donde se muestra por qué Nueva York “es una ciudad maravillosa”, en la que tres marineros, en la canción más famosa del filme, enseñan las calles de la ciudad neoyorkina. Por supuesto, en esta película el montaje es más dinámico, más rápido, pero porque las canciones no son tan amorosas y la cámara no tiene que bailar con ellos, al contrario, nos tiene que demostrar por qué Nueva York es movida y está llena de vida.

Aquí vemos dos películas muy similares pero diferentes a la vez, y que cambian el rumbo de los musicales, una mostrando lo más estético del cine clásico, donde las películas de este género estaban interpretadas por gente con traje, y la otra por un ciudadano común, en este caso un marinero que va por las calles de Nueva York.

Musicales que han cambiado la historia

Es aquí cuando aparecerán dos películas que cambiarán la historia de los musicales en el cine. Una de ellas, West Side Story, donde a través del musical podremos ver la batalla de dos bandas jóvenes, eso sí, callejeras, que en vez de puños, utilizan el baile. Además, el filme es claramente la historia de Romeo y Julieta, ya que un miembro de la banda, se enamora de la hermana de uno de sus rivales.

West_Side_Story

Pero es que años más adelante veremos una batalla de sexos en forma de musical donde el amor también estará presente. En este caso, lógicamente, hablo de Grease, una de las películas que personalmente más me han hecho vibrar. John Travolta y Olivia N. John, bailando en esa escena final en la que igualan los dos sexos y ella demuestra que no es tan mosquita muerta como la gente pensaba. Les demostró a sus compañeros el poder que tenía de la mejor forma que sabía, bailando en esa escena final en la feria. Tanto en Grease como en West Side Story, la cámara tiene ambos movimientos, en donde podemos bailar con ellos, o donde rompe más con el clasicismo.

Para finalizar, si hablamos de este género, no podemos olvidarnos de Disney, y especialmente, la que a mi parecer es la mejor película que se ha hecho, El Rey León, basada de nuevo en una historia de Shakespeare, en Hamlet. Una película de la que después se haría una saga y donde vemos la historia del futuro Rey León, de Simba, vagando por el mundo sin la figura paterna y experimentando incluso el mundo de las drogas con ese empache de bichos que se da con Timón y Pumba.

Y es que sí, tiene dos vertientes esta película, la de los más pequeños viendo disfrutar al joven cachorro león, y la de los más grandes, la de la historia del autor inglés en su totalidad.

Aunque eso sí, algún día haré la comparación entre Hamlet y el Rey León, y desmitificaremos el hecho de que se considere únicamente una película para niños. Donde veremos por qué Disney llega a tratar la historia de los Estados Unidos de América.