Todos estamos deseosos de que llegue el viernes para poder salir de la oficina y dejar a un lado el ruido de las llamadas, los e-mails y las reuniones. Salir y disfrutar de un fin de semana que nos permita desconectar de la rutina. Haz la maleta y elige uno de los destinos que te proponemos.
Roma
Empecemos por la ciudad eterna, Roma. En ella podemos viajar al pasado entre edificios que siguen en pie desde los antiguos romanos que nos hacen sentir pequeños. Destacan: el Coliseo, el Arco de Constantino o la Fontana di Trevi, sin olvidar la Basílica de San Pedro del Vaticano, un país dentro de una ciudad y corazón de la Iglesia Católica.
Estamos ante una de las ciudades con más historia del mundo, con mayor patrimonio cultural y artístico. Esta ciudad recibió los regalos de grandes artistas como Miguel Ángel, quien nos dio uno de los mejores frescos de la historia en la Capilla Sixtina, o el imponente e iracundo Moisés. Sin olvidarnos también de que posee una de las mejores y más ricas gastronomías del mundo. Una de las ciudades más hermosas que alberga el viejo continente.
Dejarse perder entre sus calles adoquinadas sin saber qué hora marca el reloj es una de las virtudes que caracteriza a esta ciudad. Parece como si el tiempo se hubiera parado en el instante preciso. No es posible andar más de tres pasos sin encontrarnos con algún elemento de interés que merece la pena pararse a contemplar.
Imagínese caminando entre sus estrechas calles y sus numerosas plazas, solo o en la mejor de las compañías, con el único sonido propio de las calles romanas, la gente paseando y las vespa pasando. Vestido cual cavaliere italiano, zapatos de piel en los pies y uno de tus trajes favoritos. Sentarse en Piazza Navona y disfrutar de un Negroni. Estos momentos no tienen precio.
Roma es una ciudad que combina lo clásico con lo moderno, lo elegante con lo bohemio y lo tradicional con lo innovador.

Amsterdam
Nos encontramos bajo el nivel del mar, en una ciudad con un plan urbanístico de los más organizados de Europa. Entre calles, canales y carriles bici, una ciudad que ha luchado contra los elementos robándole tierra al agua. Una ciudad cosmopolita, a la vanguardia.
Como ya se habrán imaginado estamos en la ciudad de Ámsterdam. Algunos la llaman la ciudad del pecado, pero solo los ignorantes la llaman por ese nombre. Alberga arte en cada rincón, desde lo más moderno y vanguardista a lo más clásico y severo. Nos encontramos en la ciudad con más culturas del mundo, en ella conviven más de 178 nacionalidades.
Podemos conocer esta ciudad de varias maneras, caminando por sus estrechas calles y sus infinitos puentes, pedaleando por sus carriles bici o navegando por sus largos canales.
Podríamos pasar horas en la zona en la que se emplazan la gran mayoría de sus museos, como el Rijksmuseum o el museo Van Gogh. Es un espacio de inspiración para cualquier persona que aprecie el arte, sea cual sea su estilo preferido.
Ámsterdam no solo recoge muchos y muy variados museos, sino que también posee numerosos edificios históricos. La casa de Rembrandt, la casa de Ana Frank o la Iglesia de Nuestro Señor en el Ático son solo unos pocos de monumentos que visitar. Pasear entre sus diferentes mercadillos o el mercado de las flores es algo único. ¿Por qué? Le invitamos a que lo descubra usted mismo.

Praga
No podíamos olvidarnos de una de las ciudades más bellas de Europa, la infinita Praga. Praga es la ciudad que se quedó algún día parada en el tiempo. Los años no han hecho mella alguna en ella, las calles, las tiendas, e incluso la gente parece ser de otra época.
Es lo más parecido que podremos encontrar a estar viviendo dentro de un cuento de hadas. Sus calles empedradas no parecen tener fin alguno, todas ellas conducen a rincones maravillosos donde poder emocionarte únicamente con las vistas que nos brinda.
El puente de Carlos, infinito, nos regala una de las vistas panorámicas más bonitas del Castillo. Guarda algunos lugares increíblemente hermosos, como la Catedral, una de las más bonitas del mundo, con unas vidrieras que inundan de colores su interior. El Callejón del Oro, como si de una ciudad diferente se tratase, donde se encuentra el hogar donde Kafka pasó su niñez.
A pesar de haber sufrido grandes golpes durante su historia, Praga ha mantenido su belleza intacta. Pasear entre sus edificios medievales, renacentistas y barrocos es una experiencia, que como mínimo, se debe vivir una vez en la vida.

Londres
No podríamos terminar estos planes de fin de semana sin nombrar a la capital de las capitales, la siempre vanguardista Londres. Diversa y cosmopolita, donde la tradición y la innovación siempre van de la mano. No tiene nada que ver con las ciudades citadas anteriormente, pero cada ciudad tiene su propia belleza. Andar por Londres sin rumbo es una experiencia que nos puede hacer mirar las cosas dos veces y darnos cuenta de las contraposiciones estéticas que nos rodean.
Una de las ciudades referentes artística y culturalmente. En ella podremos viajar en el metro más antiguo del mundo y a día de hoy uno de los más modernos. Una de día y otra de noche, una ciudad en las que por la mañana prevalecen las teterías, y por la noche se nos ofrece la oportunidad de brindar con una buena pinta IPA en un pub.
Podemos sumergirnos en barrios diferentes, como si de ciudades distintas se
tratara. Para los amantes de la buena zapatería y la excelente confección, es de obligada visita Savile Row. La ciudad de los Gentleman, la ciudad de los modales y la ciudad de la elegancia.
