Vector W8: el sueño olvidado

En los 90 los supercoches, en su gran mayoría, eran italianos, y esto hacía daño al orgullo americano de una recién nacida compañía estadounidense llamada Vector Aeromotive Corp. Gerald Wiegert y David Kostka decidieron que ya estaba bien de admirar a Ferrari o Lamborghini y era hora de crear un vehículo capaz de enfrentarse a ellos. Así nació el Vector W8 en 1990.

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Modelo actual del Vector W8

El modelo de hoy es la evolución del concept que se presentó en 1978, el W2. La misión principal que realizaron para echar de la pista a los italianos eran emplear los mejores materiales y las mejores técnicas, para realizar el coche más avanzado posible.

Para ello Gerald dibujó lo que sería un estilo cuña llevado al extremo: afilado, muy ancho y bajo. Se emplearon los mejores materiales, carísimos por entonces, como el kevlar y la fibra de carbono para la carrocería, el aluminio para el chasis, remaches aeronáuticos o uniones con resina epoxi.

En el interior imitaron las pantallas y controles de un avión, por eso a ellos les gustaba promocionarse con el eslogan “Ingeniería Aeromotora” y también porque estaba ampliamente inspirado en la tecnología utilizada por el ejército del aire. Y no solo por eso: al igual que un avión está diseñado para durar, el Vector W8 pretendía ser tan fiable, que a lo largo de toda su vida únicamente requiriese un mantenimiento mínimo.

La planta motriz del Vector W8

Para su planta motriz se empleó un motor V8 de origen Chevrolet con 5,7 litros, convenientemente modificado con dos turbos e intercoolers produciendo 650 CV a 5.700 vueltas, ofreciendo 880 Nm de par. Como caja de cambios se empleó una transmisión automática del Oldsmobile Toronado con 3 marchas.

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Por supuesto, la caja se renovó convenientemente, puesto que se trata de una transmisión bastante antigua, ya que el Toronado es un modelo de 1966. Con estas cifras, lograba acelerar de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y llegar a una velocidad máxima de 354 km/h. Existe la leyenda, la cual confirma que pudo, con un motor menos potente, alcanzar la brutal cifra de 389 km/h, pero tal récord nunca fue verificado.

Es una verdadera lástima que la empresa entrase en bancarrota en 1993 y desapareciese, habiendo producido únicamente 22 vehículos en total, siendo 19 correspondientes al modelo W8, con un precio en la época de unos 448.000 dólares.