El verdadero tesoro de la Sierra de Salamanca está sus viñedos, situados en bancales sobre el río Alagón con cepas muy viejas de variedades autóctonas, como la Rufete.
Durante siglos los viticultores de la Sierra han ido ganando terreno a la montaña para cultivar viñedo en terrazas, conformando el espectacular paisaje de nuestro territorio.
Parte de la zona de producción entra dentro del Parque Natural de Las Batuecas–Sierra de Francia y toda forma parte de la Reserva de la Biosfera Sierras de Béjar – Francia. Este último título, otorgado por la UNESCO en 2006 remarca la gran influencia que ha tenido el ser humano en el medio ambiente de esta zona, modelándolo sin romper el equilibrio de la naturaleza.

Narciso Hernandez fundador de La Tahona Delicattesen Salamanca en 1986, y dueño de Pan Divino (donde da a conocer todo su catálogo de vinos) nos da su visión sobre el paisaje enológico que hay en la Sierra de Salamanca.
N.H-Desde 2010 tenemos la suerte de contar en Salamanca con la D.O.P Vinos de Salamanca. Una certificación que continúa con años de tradición vitivinícola y que fija los criterios de elaboración y crianza de una uva única: LA RUFETE. Uva que convive con otras minoritarias: la tempranillo o tinto aragonés y garnacha o calabrés.
Bodega Viñas del Cámbrico
Una bodega pionera, Viñas del Cámbrico inició un lento y meticuloso proceso de estudio y recuperación de viejos viñedos situados en terrazas y bancales en el Parque Natural de las Batuecas que forma parte de la Reserva de la Biosfera, título otorgado por la UNESCO en 2006.Esta escenografía obliga a un cultivo ecológico respetuoso con la zona.
El clima es mediterráneo, húmedo, con dos tipos de suelo: uno granítico que aporta elegancia y sutileza y otro de pizarra que da estructura y mineralidad. Si a esto, añadimos altitudes que oscilan de los 500 a 100 m. tenemos un escenario perfecto para elaborar grandes vinos muy distintos a otras zonas vitivinícolas.

La Rufete es única; racimo pequeño y apretado, piel suave y delicada que nos sorprende con aromas de frambuesa, fresas y especias silvestres; aportando un tanino dulce y suave.
La gastronomía de la zona es la excusa perfecta para disfrutar de estos vinos: cabrito asado, cuchifrito o a la brasa; chichas, embutidos, quesos, patatas meneás, el limón serrano que consiste en una ensalada con limones, huevo, chorizo, naranjas, aceitunas todo ello acompañado de un buen vino de la zona

Bodegas del Cámbrico, fruto del trabajo tenaz en recuperación de variedades ha elaborado un nuevo vino: Viñas del Cámbrico blanco, de la variedad rufete blanca. Escasísimas botellas que no dejará indiferente al que tenga la suerte de disfrutarlas.